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3 mayo, 2019
Por: Cnidia de la Cruz Reséndiz
Directora de Coparmex Querétaro
“Hay que decir no a mil cosas para estar seguro de que no estás equivocado o que intentas abarcar demasiado”, Steve Jobs.
Decir que NO es una habilidad estratégica que se requiere desarrollar como emprendedor. Contrario a lo que se creé, en muchas ocasiones, saber decir que NO a tiempo, ayuda a ser más objetivos, tener mejores resultados y a veces, hasta a dignificar el trabajo que realizamos.
Estos son sólo algunos de los ejemplos en los que es mejor decir NO.
NO…
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Si un proyecto requiere que vayas en contra de tus valores y principios. Esto tiene que ver con tu tranquilidad como profesionista, como persona y como líder de tu empresa. ¿Ese proyecto es coherente con tu filosofía organizacional?
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Si te lo piden de un día para otro y sabes que humanamente es imposible tenerlo listo. A veces por no perder el proyecto o al cliente, nos metemos en camisa de once varas. Pero todo tiene un tiempo de entrega y uno de ejecución y es importante que hagas caso de esos deadlines para que no pierdas credibilidad.
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Cuando lo que está en juego es tu credibilidad. Hacer un trabajo para demostrar un resultado que puede ser mediocre debido al poco tiempo que te tienes para terminarlo.
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Si vas a sacrificar tu utilidad y no se ve un futuro prometedor con ese cliente. Antes de aceptar, evalúa muy bien las condiciones económicas, saca bien las cuentas de los costos de operación para que conozcas la rentabilidad y que no impacte en tus márgenes.
Decir que no a tiempo ayudará a segmentar tu mercado. Es importante la manera de decirlo para no cerrar puertas. Todo depende de la técnica apropiada para contestar y responder, estos son algunos ejemplos que seguro te servirán:
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En este momento no nos es posible aceptar el proyecto porque tenemos carga excesiva de trabajo y esto complica hacerlo con la calidad y tiempo que merece. Nos parece una excelente opción a futuro y sería un placer poder colaborar con usted más adelante.
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La propuesta que me solicita no es viable por lo siguiente (motivos) pero podemos negociar con (propuesta nueva).
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Por los tiempos de entrega que está solicitando, necesitaremos contratar a más personal, por tal motivo, deberá hacerse una modificación a la propuesta económica inicial.
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La calidad de nuestro servicio o producto es lo más importante.
No todo es dinero. Hay remuneración económica y hay también remuneración que nos genera bienestar emocional. Piensa siempre qué es lo que estás dispuesto a ofrecer por el proyecto que llevarás a cabo.
Cuando se ejerce mucha presión para la ejecución de un proyecto, hay algo que no está haciéndose bien. Aunque el estrés y la presión estarán presentes, si estos te superan, es que algo no se está efectuando bien.
Es común que haya imprevistos pero eso no quiere decir que sea normal, generalmente la falta de planificación genera esta clase se alteraciones, mismas que pueden reducirse si desde el principio se revisan a fondo los requerimientos del cliente y se analiza objetivamente si será viable realizar ese proyecto. ¿Saldrá a tiempo?, ¿se tiene toda la información necesaria para su ejecución?, ¿hay recursos suficientes para llevarlo a cabo?, ¿se está cobrando lo justo?
Si todas las preguntas fueron respondidas de forma positiva, ese proyecto es para ti, no lo dejes ir y hazlo de manera excelente porque te abrirá camino para nuevas oportunidades.
Pero si dudas en más de una de estas preguntas, créeme, vale la pena volver a revisar todo el brief o acta de proyecto, revisar tiempos y metodologías, costos de operación, margen de utilidades. No hay segundas oportunidades para causar una buena impresión con el cliente.
Es mejor un NO a tiempo que te permita dar más opciones – como lo es colaborar con otro equipo de trabajo para llegar al objetivo, invertir en herramientas o material para un futuro, conocer el comportamiento de tu mercado potencial, generar nuevas estrategias de venta y comercialización de tu empresa y crear relaciones honestas con tus clientes que dignifiquen tu trabajo y te den credibilidad – a cerrarte las puertas por ‘mal’ entregar un proyecto que aceptaste aún sabiendo que no podías terminar.
Por un NO a tiempo, no pasa nada. Por un SÍ a destiempo y con desventaja, puedes poner en juego tu credibilidad y tus valores como empresa y siendo coherente con lo que deseas transmitir:
Vale la pena hacer una segunda revisión.