El COVID-19 nos está poniendo a prueba como sociedad y como gobierno. Durante estos meses de pandemia, hemos observado con preocupación cómo se incrementan las cifras, por una parte, de contagios y fallecidos y por otra, las de desempleo y empresas que se han ido a la quiebra, así como los indicadores a la baja de la economía de nuestro país.

De acuerdo al INEGI, la economía mexicana registró en el segundo trimestre de 2020 una contracción del -18.9% del PIB (comparando el segundo trimestre de 2020 con el segundo trimestre del 2019). Esto significa la peor caída anual para un trimestre desde que se comenzó a llevar el registro. Nuestra economía se contrajo 2.2 veces más que el peor trimestre de la crisis mexicana de 1995 y 2.4 veces más que la crisis financiera global del 2008-2009. Está caída nos sitúa nueve años atrás en nuestros niveles de actividad económica, con el mismo PIB que teníamos en 2011.

Hemos acumulado cinco trimestres consecutivos a la baja, lo que significa que nuestra economía lleva un año en recesión técnica. De hecho, los analistas pronostican que la economía de nuestro país caerá entre -10% y -11% en el 2020, esto nos coloca como uno de los países con las peores expectativas de Latinoamérica y de las economías emergentes. Los organismos e instituciones financieras lo atribuyen a la falta de apoyos fiscales para conservar fuentes de empleos y proteger los ingresos familiares.

Por lo anterior, es urgente que detengamos esa caída. Es por eso, que desde Coparmex, hacemos un llamado a lograr un Acuerdo Nacional de Reactivación Económica para que juntos, iniciativa privada, sociedad civil organizada, gobiernos locales y gobierno federal, recuperemos la economía nacional frenada por la pandemia.

Desde que inició esta contingencia sanitaria, hemos presentado una serie de propuestas para que sea menor el impacto negativo a la economía de las miles de MiPyMEs que generan más del 80% de los empleos en nuestro país, sin embargo, estas no han sido atendidas.

Necesitamos de la voluntad del gobierno federal, pues es el que mayor capacidad tiene de inyectar los recursos necesarios para poder recuperarnos, así como de los gobiernos locales. A través de medidas como los #RemediosSolidarios – que incluyen: Salario Solidario (un subsidio al pago de la nómina para cuidar el empleo), Seguro Solidario (un ingreso mínimo vital para brindar un apoyo a los trabajadores que han perdido su empleo) y un Bono Solidario (que incentiva la generación de nuevos empleos) – podremos poner un alto al deterioro del mercado laboral y a las difíciles condiciones que enfrentan los hogares mexicanos.

¡No perdamos más tiempo!